¡¡ADVERTENCIA!!
En Chapala pasan cosas muy extrañas. Desde los años 90 se han registrado avistamientos de criaturas como el chupacabras, el pollobo, el galligato, el fantasmapótamo, el cuicuil y el chichicuilco. Pero una leyenda urbana ha permanecido desde hace cierto tiempo, la cual (según dicen) ha resultado ser verdad: la leyenda del violador de perros.
Así es, al parecer hay un violador en serie que le gusta destapar cañerías caninas tapadas con bolsas de plástico. El susodicho ha sido descrito como un joven delgado, al parecer adicto a las sustancias nocivas, de unos 20 a 25 años, tez blanca y cabello negro, como un cosplayer de Iori pero en versión peruana, con una joroba prominente y sin expresión alguna. Al parecer este joven padece algún trastorno mental y siempre anda acompañado de su madre, y en algunas ocasiones se le ha visto pedir dinero a los transeúntes para conseguir su botacanicas.
Los testimonios de las víctimas han sido recabados por todos los lares, desde el barrio de la Sanjuán hasta los Harpis. Dice el mito que el joven libidinoso es adicto al cristal, al espuc, a la mota y a la mona de guayaba, pero lo que más mueve su ánimo son los esfínteres caninos (de machos y hembras por igual), que le provocan el masturbarse en público y tratar de violar a las pequeñas criaturas. Al parecer ya ha alcanzado a varias, quienes han tenido qué ser llevadas de emergencia al veterinario por desgarre en el colon y prolapso vaginal (en otras palabras, que les voltearon el calcetín). Dice también la leyenda que se sube a las azoteas a medianoche para acechar a sus víctimas, o que trepa las bardas y se queda quieto como un tótem bronceándose con la luna, lo que explicaría la palidez de su piel.
Aunque las versiones son variadas, todos concuerdan en que el joven se siente excitado al ver pasar a jóvenes perritas y se han encontrado preservativos usados cerca de su casa, pero no se sabe si el semen encontrado es humano o animal.
También puede ser que de esa unión haya salido una nueva especie mitad perro, mitad cholo, y que la misma haya sido confundida con el Chupacabras por los pobres rancheros de Nuevo Gómez, a quienes les ha asesinado sus gallinas, por lo que ahora le apodan "el Chupapollas".
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